"Un avión que debía ir de Barcelona a Santiago aterriza por error en Sevilla ". Así titulaba The Country una noticia hace un par de semanas (lo sé, me he abandonado un poco, pero es que St Roc me ha hecho perder una larga lista de neuronas).
Ante semejante titular, uno se pregunta si el piloto estaba borracho, o si tiene una ligera tendencia a la izquierda, porque Sevilla no viene de paso desde Barcelona camino de Santiago... pero claro, con los pilotos nunca se sabe. Mira lo que hicieron en el Prat...
Total, que ese pedazo de vuelo de Spanair salió de Barcelona con destino Galicia, pero acabó en la capital hispalense sin saber cómo. El problemilla no surgió de aquí, evidentemente los españoles NUNCA se equivocan, sino de Suecia (porque los suecos, además de Ikea y los premios Nobel, TAMBIÉN se equivocan). Hubo una pequeña confusión entre las siglas SCQ, que son las del aeropuerto de Santiago, y SVQ, que son las del sevillano... Total, que como todos los tripulantes eran suecos, y los suecos son CORKIS, pues aparecieron en una ciudad que en aquellos momentos debía estar a unos 58 grados centígrados. Todos los pasajeros murieron.
No fue así, pero hubiera sido un final cojonudo.
Lo mejor son las explicaciones: Según el diario, el portavoz de Spanair dijo que "el comandante podría haber hablado en inglés, por lo que nadie le habría entendido", dando por supuesto que ninguno de los 95 pasajeros de un vuelo europeo sabría inglés. UN SEGUNDO. Los suecos pueden equivocarse, pueden desintegrarse con el calor... pero ¿no hablar inglés? PEDAZO DE EXCUSA
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