Con el Warcraft no te metas

Actualmente la gente se separa con mucha facilidad... que si dejas la tapa del wc levantada, que si te encierras dos horas en el lavabo, que si llegamos tarde a todas partes, que si mis amigas ya me lo decían, que si no me dejas fumar puros... Todo tipo de excusas que hacen que la vida en pareja se convierta en una tortura hasta que uno de los dos personajes, o los dos, deciden poner fin al juego del matrimoño (el católico o cualquiera de ellos). Cada vez somos más intransigentes, y esto no puede ser.

Viva el sumisismo (creo que me acabo de inventar este palabro!!!)

Y sino, que se lo digan a Jocelyn, que con ese nombre parece salida de La Casa de la Pradera, ahí, con Brenda Walsh y la tropa del autoestopista hacia el cielo. La pobre Jocelyn le ha pedido el divorcio a su maromo, ya estaba harta. Se cansó de tanta patraña. Y no, parece ser que él no se la había pegado, o por lo menos con un ser de carne y hueso. El problema ha sido el archiconocido videojuego World of Warcraft, que saca lo peor de uno, como el parchís.

Segun Jocelyn, su marido se tiraba todo el día jugando, y los fines de semana, en vez de preparar barbacoas para los vecinos, muy yankimente, ahí, en el ordenata, sin hacerle ni caso. "Yo dejé de existir en su vida".

Dos comentarios para nuestra heroína californiana:

1. Jocelyn, eres tonta del culo. Uno ya sabe si su pareja es un frikazo de los videojuegos o no. No sale de la nada. Yo lo soy, y como me conozco no me he regalado la wii, porque sino perdería mis amistades. La culpa es tuya petardaza, por regalarle el juego.
2. Si tu marido prefiere jugar a matar peña que hacerte el amor, chata, o eres horrible o necesitas clases mejor ni te digo de qué.

Y un comentarios más para el listo de Peter:

1. Tú lo que necesitas es sexo. Punto y pelota.