12 de julio de 2006

Invertir en fe

Mientras Saddam está en huelga de hambre, el mundo se acuesta hoy con una noticia económica. Beneficios y gastos. Eso es. Resulta, según el diario ADN, que el Vaticano (que no Baticao) se gastó la minucia de siete millones de euros en los 17 días que pasaron entre la muerte del polaco y la elección del alemán. Cuanto menos curioso. Pero lo mejor no es eso, lo más fantástico de todo es que la "Santa" Sede tuvo un superavit en 2005 de 9,7 millones. Y yo me pregunto, ¿y de dónde viene toda esa pasta? Porque yo madrugo cada día y no me cae tanto... Claro, es que soy atea. Será eso.

Total, que los ricos dineritos de la iglesia católica provienen de:

a) Donaciones de los fieles
b) Acciones
c) Bonos
d) Otras inversiones
e) Activos inmobiliarios

A ver, ¿qué es eso de "otras inversiones"? ¿y los activos inmobiliarios? Mira que los curas van a tener acciones de Marina d'Or. Fijo.
Total, que he pensado que como es tan rentable esto de invertir en fe, pues igual les dedico mis ahorros para que así, cuando muera como una ratilla negra, me vaya al cielo cristiano y allí me espere mi pasta. Igual me encuentro con Saddam, ya puestos... o mejor, igual soy una de sus siete vírgenes. Oh, no, va a ser que no!

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