Existe gente que todavía no está en las redes sociales, yo conozco a tres personas. No son muchas, pero tres es algo. Mi cuñado es uno de ellos. Y es feliz, sin problemas, sin el estrés que produce que cuando digas algo te ignoren... Esa felicidad...
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¿Todavía no le gusta a nadie mi comentario?
Espero un poco.
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¿Ahora?
Mierda, no soy importante :(
La lectura de hoy, entre putadita y putadita del master, quiero decir, práctica, es de hace días, pero no me resisto a ponerla porque creo que representa claramente la sociedad hacia la que, por desgracia, nos dirigimos.
A nadie le gusta ser ignorado, y menos en Facebook. La historia es que Benito Apolinar (sí, es de los yueséi, que sé que los echábais de menos), precioso nombre y mejor persona, pegó, ojo PEGÓ, a su mujer por no haberle puesto el "Me gusta" a una actualización de estado en Facebook. Resulta que se había muerto su madre (que ahora debe de estar retorciéndose del dolor en su tumba por haber criado a alguien tan sumamente imbécil y egocéntrico) y su esposa no le dio al simbolito ese tan majo del dedo arriba con el puño cerrado. Todos sabéis de qué hablo, bueno, todos menos mi cuñado, y dos más.
Conclusión de la jornada: Mira abajo, sí sí, mira abajo. Después del "XX:XX 0 comentarios" hay unos botones de redes sociales.
COMO NO LE DES A UNO DE ELLOS IRÉ (yo, Ire) Y TE PARTIRÉ LA CARA, y en honor al sr. Apolinar, de regalo, TE ARRANCARÉ EL PELO.
Amén.
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