Parecemos gilipollas. Tal cual, gi-li-po-llas. ¿De verdad que alguien se ha tragado que el empresario catalán Javier Rigau estaba comprometido con Gina Lollobrigida? Lo siento pero creo que la gente no es tan sumamente tonta. O eso espero. La semana pasada la gran revista Hola anunciaba que Rigau había roto su compromiso matrimonial con la italiana. Venga ya! Los motivos son los siguientes: constante presión de los medios (ja!), problemas con los preparativos del enlace (me troncho) y en la relación del empresario y la actriz (no le guardó bien la dentadura postiza?)
Por dios, tenían el morro de decir que se iban a casar el 27 de enero en Roma y que llevaban, OJO AL DATO, 22 años de relación secreta. A mí me ocurre exactamente lo mismo, llevo 15 años de relación secreta y prohibida con Sean Cornery, nos casaremos en abril en las Bahamas.
De verdad, cuánto daño hicieron Dinio y Marujita. No tenemos otras cosas en que preocuparnos que en las mentiras de un brontosaurio italiano y un pijales barcelonés. En serio.
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